El metal que hizo posible la era de la aviación. Desde los prototipos de aeronaves hasta los primeros aviones de pasajeros. Se trató de emplear distintos materiales que favorezcan la dinámica de la aeronave. Puesto que la prioridad es el ahorro máximo de peso, donde los principales componentes son metales muy ligeros.
La mayoría de los aviones contienen piezas hechas de aluminio, este metal es muy ligero, sin embargo no es tan resistente como el acero. Para aumentar la resistencia de las piezas en el motor se comenzaron hacer estudios sobre los materiales más fuertes. Dentro de esta investigación se encontró que el oro, la plata o el platino son una opción, pero el costo de tener piezas con estos metales sería demasiado costoso.
Los primeros motores fueron diseñados en los años de 1930 por Frank Whittle en Reino Unido y por Hans von Ohain en Alemania. Estos motores estaban hechos de acero, aleación resistente hecha de hierro y carbono. Sin embargo, los motores tenían grandes deficiencias, no tenían la capacidad de soportar temperaturas de más de 500°C, perdían fuerza rápidamente y no eran resistentes a la corrosión.
Por lo que, alrededor de 1940 los alemanes analizaron distintos metales de la tabla periódica, los más destacados por sus características fisicoquímicas era el tungsteno y el cobre, el primero era demasiado pesado para emplearlo en la estructura, y el cobre no era tan resistente, se fundía a temperaturas demasiado bajas.
Por otro lado, se encontraba el níquel, uno de los metales más abundantes del mundo, constituye cerca de 0.008% de la corteza terrestre y es barato. Desde ese punto se desarrollaron diferentes aleaciones constituidas principalmente por níquel.
El metal que hizo posible la era de la aviación. La aleación de níquel con un poco de cromo, toleraba altas temperaturas, era fuerte, resistente a la corrosión, barato y muy ligero.
Otro ejemplo es el FeNi36 o nivarox, aleación de níquel y hierro; esta mezcla difícilmente se expande o contrae con los cambios de temperatura, por lo que es muy resistente, normalmente se usa en instrumentos de alta precisión y relojes. También se encuentra el nitinol, aleación de níquel y titanio que se puede ajustar de forma que siempre recupere su forma a una temperatura concreta.
Las nuevas aleaciones que surgieron a base de las anteriores forman parte de la mayoría de piezas que constituyen las partes traseras de las turbinas, ya que las palas de las turbinas tienen que girar en la zona más caliente del motor y a una velocidad muy alta, estas palas deben soportar las condiciones de trabajo.
Las superaleaciones pueden funcionar a tan extremas temperaturas lo que hace posible que podamos viajar desde las ciudades más alejadas del mundo. Y es así como el níquel hizo posible la era de la aviación.
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